No se descarta una tercera guerra mundial: ¿qué impacto tendría?

No se descarta una tercera guerra mundial: ¿qué impacto tendría? – Argelia, África, mundo, Rusia, Ucrania, China, Corea
No hay que descartar una tercera guerra mundial: ¿qué consecuencias tiene para Argelia, África y el resto del mundo?

Por Djamel SAADI

Serguei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha planteado por primera vez la idea de una tercera guerra mundial. Por supuesto, el campo de operaciones militares se centrará principalmente en Europa. Sin duda, habrá efectos colaterales para los países cercanos al continente europeo y Argelia está a sólo unos cientos de kilómetros de las costas del sur de los países europeos.
¿Debemos preocuparnos por esto? Ciertamente, porque si esta tercera guerra se desata, no perdonará a ningún país, empezando por el ámbito económico, donde nuestro país, socio importante del continente europeo, se verá afectado. El petróleo y el gas que vende Argelia van directamente a Europa. Nuestras exportaciones de no hidrocarburos, que están empezando a subir a un nivel nunca antes alcanzado, se verán debilitadas. En definitiva, es toda nuestra estructura comercial interna y externa la que se verá afectada. Hay, en efecto, motivos de preocupación.

Independientemente de esta guerra continental, existe un peligro permanente para nuestro país en el lado de su frontera occidental, porque nada dice que una vez lanzada esta guerra en Europa, la tentación de este vecino belicoso, Marruecos, no se convierta en un objetivo, el de atacar a nuestro país, sabiendo que la agitación geopolítica que entonces existirá será propicia para una intervención militar. Por tanto, este anuncio de Lavrov debe tomarse muy en serio y Argelia debe estar preparada para cualquier eventualidad, porque nuestro país es ahora objeto de maniobras cuyo objetivo está fuera de toda duda.

El desplazamiento de los conflictos regionales hasta ahora más o menos controlados ampliará el espectro de una globalización de la guerra. Se trata del Magreb, y más aún del Sahel, donde seguramente se producirá una extensión de los combates que tienen lugar actualmente en Malí a Chad, Níger y toda África Occidental. Los logros europeos en África se verán afectados y esto inducirá sin duda una respuesta de Francia, cuyos intereses están bien establecidos.

Los rusos, que ya están presentes en Malí, querrán ampliar su presencia en la región y se enfrentarán a los franceses. No cabe duda de que habrá alianzas en ambos bandos y esto no hará más que degenerar en una situación de extensión de la guerra que sacudirá a Europa a todo el continente africano, ya que al este del mismo se está gestando un conflicto de hace unos meses entre Egipto y Etiopía por la construcción de una segunda gran presa en el Nilo.

En este polvorín compartido por países altamente inestables como Sudán, Somalia y Eritrea, la tentación de anular las resoluciones de la ONU se convertirá en un hecho y será incontrolable porque la ONU se parecerá entonces a la Sociedad de Naciones que no pudo evitar el estallido de la Segunda Guerra Mundial. ¿Se detendrá ahí? Ciertamente no, porque en el continente asiático está China, y esta segunda potencia económica mundial se verá seriamente impactada económicamente por esta guerra que se originará en Europa, de donde Pekín extrae la mayor parte de su crecimiento, pero también en África. ¿De qué lado estará entonces China? Desde luego, no del lado de Occidente, liderado militarmente por Estados Unidos, el gran enemigo de Pekín. Una alianza estratégica entre Rusia y China para enfrentarse a Occidente será inevitable. La relativa neutralidad observada hasta ahora por este gigante asiático dejará de existir y la tentación de resolver definitivamente el problema de Taiwán será más fuerte que nunca. Lo mismo ocurre con Corea del Norte, que sólo espera la oportunidad adecuada para enfrentarse a su viejo enemigo, Corea del Sur.

Inevitablemente, la guerra se trasladará al Pacífico, como ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, con la diferencia de que esta vez Estados Unidos tendrá que enfrentarse a dos superpotencias, una en Europa y otra en Asia, y ambas poseen armas nucleares en abundancia. De hecho, lo que se está preparando a escala planetaria es un terremoto global. No habrá ganadores en esta tercera guerra mundial, sino sólo perdedores con terribles consecuencias que afectarán a todo el mundo.

Aujourd’hui l’entreprise, 30/04/2022

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