Uno de los planes de Israel es expulsar a los palestinos de Gaza al desierto de Sinaí.

El Ministerio de Inteligencia israelí propuso establecer ciudades con carpas en el norte del desierto. "Para trasladar a los palestinos allí". El plan tiene varios años proponiéndose.

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El Ministerio de Inteligencia israelí propuso establecer ciudades con carpas en el norte del desierto. «Para trasladar a los palestinos allí». El plan tiene varios años proponiéndose.

El plan fue filtrado en las redes sociales y luego corroborado por medios israelíes como Haaretz y Times of Israel.

En un borrador titulado Opciones para una directiva política para la población civil en Gaza’, el Ministerio de Inteligencia propuso tres posibles rutas de salida de a la invasión a Gaza.

Para el Ministerio, «se requiere que el Estado de Israel produzca un cambio significativo en la realidad civil en la Franja de Gaza a la luz de los crímenes de Hamas que llevaron a la guerra de las «Espadas de Hierro». Para ello, debe decidirse cuál es el objetivo político en relación con la población civil de Gaza que debe perseguirse, en paralelo al derrocamiento del régimen de Hamás».

El documento, elaborado seis días después de la operación de Hamas, trabaja sobre «seis supuestos» u objetivos, según la traducción hecha por el periodista estadounidense Dan Cohen. Algunos son; el derrocamiento del gobierno de Hamás, la evacuación de la población fuera de la zona de combate redunda en interés de los residentes de la Franja de Gaza y la canalización de la ayuda internacional a la región de acuerdo con la directiva seleccionada.

En opinión del Ministerio, se «requiere un cambio ideológico y de percepción entre la población palestina en relación con los judíos e Israel, un proceso profundo de asimilación de un cambio ideológico». Como vemos, el documento no atribuye la actitud de los palestinos a décadas de opresión y sufrimiento dirigidas por el Estado de Israel.

Basándose en eso, los funcionarios de inteligencia hicieron tres propuestas de imagen «final» después de la intervención en Gaza y «eliminación de Hamas». Bajo las premisas de «legitimidad internacional, capacidad operativa e implicancias estratégicas».

El plan A; la población permanece en Gaza y se importa el «gobierno de la Autoridad Nacional Palestina».

El plan B; la población permanece en Gaza y se arma un gobierno palestino local.

El plan C: se traslada a la población palestina hacia tiendas de campaña en el desierto de Sinaí, Egipto.

Este plan C «incluye una zona de amortiguamiento “estéril” de varios kilómetros de ancho dentro de Egipto, para garantizar que la población no pueda asentarse en las fronteras de Israel». Se construirían ciudades permanentes y corredores humanitarios. Para los analista del ministerio «sería el mejor plan» pero tendría problemas para tener legitimidad internacional. «Tal transferencia forzada también serviría como advertencia a Hezbollah, presumiblemente como lo que Israel podría imponer en el sur del Líbano, un área previamente ocupada por el ejército de Israel de 1982 a 2000», sostiene el documento.

¿Cómo podría venderse a la comunidad internacional? Según el borrador, como una migración masiva de una zona de guerra. «El movimiento de población es un resultado natural y necesario a la luz de los peligros de permanecer en el campo de batalla”. Esto coincide con la deliberada estrategia israelí de hacer invivible el norte de Gaza.

El ministerio de Inteligencia, mientras tanto, descarta los otros dos planes de un gobierno palestino distinto al de Hamas en Gaza. Por ejemplo, del plan A dice que es una alternativa peligrosa porque socavaría la estrategia de Israel de dividir los territorios palestinos».

“La división entre la población palestina en Cisjordania y Gaza es hoy uno de los principales obstáculos para el establecimiento de un Estado palestino. Es imposible que el resultado de este ataque sea una victoria sin precedentes para el movimiento nacional palestino y allane el camino para el establecimiento de un Estado palestino”, sostiene.

Los voceros de prensa del Ministerio de Inteligencia minimizaron esta hoja de ruta. La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu le dijo al diario israelí Haarezt; “este es un documento inicial del tipo que se puede encontrar en docenas de versiones en todos los niveles del gobierno y los servicios de seguridad. La cuestión del ‘día después’ no ha sido discutida en ningún foro oficial en Israel».

Pese a eso, sí es un plan que se ha debatido en público. Hace unos días, por ejemplo, Abdel Fattah el-Sisi, presidente de facto de Egipto, declaró públicamente que «rechazaba cualquier propuesta de transferir palestinos al Sinaí y propuso , en cambio, que fueran trasladados al desierto de Negev en Israel».

Para Johnatan Cook, autor del libro Palestina en desaparición: los experimentos de Israel en la desesperación humana, el «plan para la Gran Gaza» lleva varias años proponiéndose. «Los detalles se filtraron por primera vez a los medios israelíes en 2014, aunque los informes indican que los orígenes se remontan a 2007 tras la victoria de Hamas en Gaza. La idea era unir Gaza al Sinaí, borrando la frontera entre ambos. Washington ayudaría a conseguir financiación internacional para una zona de libre comercio en el Sinaí».

Cuando se filtró, un funcionario del entonces dictador Hosni Mubarak confesó que la propuesta había sido discutida. «Cinco años después, según la misma fuente, Mohamed Morsi, que dirigió un breve gobierno de los Hermanos Musulmanes, envió una delegación a Washington. Allí, los estadounidenses propusieron que Egipto ceda un tercio del Sinaí a Gaza en un proceso de dos etapas que durará entre cuatro y cinco años. Morsi también se negó».

En 2014, el actual dictador egipcio, Sisi, estuvo a punto de aceptar el acuerdo según Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina. «Por suerte lo abolimos», dijo a la televisión egipcia. Donald Trump en 2018 fue uno de los últimos en presentarlo como alternativa en su plan de «acuerdo del siglo» conversado con Israel y los Estados árabes, bajo la influencia estadounidense.

«La esperanza era que fuera financiado por los estados del Golfo como parte de su normalización con Israel».

La hoja de ruta recuerda al famoso plan Dalet, elaborado en 1948 por las autoridades israelíes para forzar una limpieza étnicas de palestinos en los territorios que habitaban. «Las órdenes militares operativas especificaban qué centros de población palestinos debían ser atacados y establecían en detalle un plan para su despoblación y destrucción forzosas», según el Instituto para el Entendimiento de Medio Oriente.

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