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Por Brahim Ali
Las consecuencias no serían neutras para Marruecos, Argelia y Túnez en caso de un gobierno del RN. Lejos de ser tomado por sorpresa, el Magreb ya estaba preparado para prescindir de Francia.
En el Magreb, la posición de liderazgo del RN en la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia hace más tangibles las promesas de su presidente, Jordan Bardella, en caso de llegar al poder: abolición del derecho de suelo, negación de altos cargos a los binacionales, restricción de la reunificación familiar, endurecimiento del régimen de permisos de residencia, y expulsión de los indocumentados. «Ahora sabemos con certeza que un tercio de los franceses apoyan el programa de esta corriente, por no decir sus ideas», teme el sitio de noticias TSA, el principal medio francófono argelino.
En Marruecos también existen «preocupaciones», admite el sitio de noticias 360, cercano al poder, especialmente sobre una política de visas más restrictiva y punitiva, justo cuando había un deshielo con el gobierno saliente. Para Rabat, tener 1,5 millones de marroquíes (incluidos 670,000 binacionales y 46,000 estudiantes) en suelo francés es todo menos neutral. El riesgo es menor para Túnez, que ya ha aprendido a pasar por Italia de Giorgia Meloni para sus relaciones con la UE.
Sin embargo, la perspectiva de un gobierno del RN no es una sorpresa, señala Luis Martínez, especialista en el Magreb y director de investigación en Sciences Po. «En el Magreb, la mayoría de la gente no está en pánico. Por el contrario, estas elecciones confirman lo que ya pensaban sobre Francia, cuyo enfoque ya era considerado colonial y pasado de moda. Para ellos, al igual que para los países del Sahel, la verdad finalmente se revela», opina el experto.
Preparación para la ruptura
Para Argel, la ruptura con Francia no es deseable económicamente, pero según los datos del Ministerio de Economía francés, no sería insuperable. Las importaciones de productos agrícolas, tradicionalmente importantes, han caído en picada un 73,1% entre 2022 y 2023, una caída compensada por la compra de cereales rusos. Por el contrario, las importaciones de hidrocarburos en Francia han aumentado un 15,3%. «Argelia es un objetivo ideal, el conflicto podría ser político, memorativo, pero difícilmente financiero: el país también está en campaña, con elecciones presidenciales el 7 de septiembre, y las autoridades podrían reemplazar las importaciones francesas en tres meses, si así lo desean», indica Luis Martínez.
Entre las propuestas del RN más comentadas está la derogación del acuerdo franco-argelino de 1968, que los macronistas intentaron reformar. La supresión total de este texto, diseñado durante los Treinta Gloriosos para satisfacer las necesidades de mano de obra de Francia, pero que ha sido gradualmente vaciado de contenido a lo largo de los años, corre el riesgo de tensar una relación que ya tenía tensiones.
La autoría de esta idea se atribuye a Xavier Driencourt, ex embajador de Francia en Argelia, cuyo nombre se baraja para ocupar el cargo de ministro de Asuntos Exteriores en caso de un gobierno del RN. Comparte con el partido de Marine Le Pen la convicción de que es necesario «establecer una relación de fuerza» con Argelia, «cerrar el grifo de los visados» y no hacer concesiones sobre las tragedias del pasado.
Con un gobierno del RN, adiós a los trabajos de historiadores franceses y argelinos a quienes Emmanuel Macron les había pedido trabajar en la reconciliación. Enterradas estarían las principales recomendaciones del grupo de investigadores. La devolución de objetos pertenecientes al emir Abdelkader, figura nacional que luchó contra la conquista de Argelia a mediados del siglo XIX, parece estar lejos de concretarse. Y el tratado de amistad que el presidente francés planeaba firmar con su homólogo argelino en otoño parece tener un futuro incierto.
Vínculos más fuertes con Marruecos
Este diplomático influyente en círculos conservadores y nacionalistas no coloca a Argelia y Marruecos en el mismo plano. Durante la campaña, Jordan Bardella destacó las buenas relaciones de su movimiento con el Reino de Marruecos. Pero esto se debe principalmente a los intereses económicos de Francia, según Luis Martínez. «Marruecos es el CAC 40, intocable», resume el experto sobre las inversiones francesas.
En menor medida, esto puede deberse a la historia personal del candidato a primer ministro. Jordan Bardella, quien a menudo menciona sus raíces italianas para elogiar el principio de asimilación, rara vez habla de sus vínculos con Argelia y Marruecos. Según revelaciones del diario argelino Le Jeune Indépendant y la revista Jeune Afrique, su abuelo, Guérino Bardella, vive hoy en Casablanca y se convirtió al Islam antes de casarse con una marroquí en segundas nupcias. Pero su primer matrimonio fue con una mujer de origen argelino, de quien proviene Olivier Bardella, el padre de Jordan, antes de que la pareja se separara.
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